miércoles, 31 de julio de 2013

Capítulo 3:

27 de Junio,  5 y media de la mañana. Mi despertador estaba sonando.
-Holly, es hora de levantar - dijo mi madre asomándose por la puerta de mi habitación.
Medio abrí los ojos y cogí el móvil, vi la hora y quité la alarma.
-Buenos días mamá - dije casi sin voz.
Me levanté, me puse unos shorts, una camiseta y mis converse con la bandera de inglaterra - las cuales eran perfectas porque iba a Londres. Zoe tenía esas mismas converse y habíamos quedado en ponérnoslas para el viaje.
No tardé mucho en bajar a desayunar porque ya había preparado lo que me iba a poner la noche antes.
Baje y mi hermano ya estaba levantado.
-Brian, ¿qué haces levantado tan pronto?
-Tendré que despedirme de mi hermana, ¿no?
Desayunamos los tres juntos.

Las 6 y cuarto de la mañana. Sonó el timbre de la puerta.
-Esas deben de ser Zoe y su madre - dijo mi madre dirigiéndose a la puerta.
Zoe entró corriendo en mi casa y me abrazó.
-¡QUÉ NOS VAMOS! ¡QUÉ TODAVÍA NO ME LO PUEDO CREER! ¡¡LONDRES NOS ESPERA!! - gritaba Zoe mientras saltaba y me abrazaba.
-Venga chicas, ¿tenéis todo preparado? Tenemos que irnos - dijo la madre de Zoe.
-Sí, ya está todo, podemos irnos - contesté.
El camino al aeropuerto se me hizo larguísimo, no veía la hora de estar ya en Londres, de pisar sus calles, de ir de compras, visitar miles de sitios...
Cuando por fin llegamos, esperamos un rato allí.
Llegó la hora de despedirse, teníamos que montar ya en el avión. Nuestras madres estaban más nerviosas que nosotras y yo sabía que mi madre me iba a llamar a todos los días a todas horas. No paraban de besarnos y decirnos que tuviéramos cuidado.
Montamos en el avión, Zoe se puso los cascos. 
Saqué de mi bolso un collar que me había regalado Mark el día antes. Lo tenía entre mis manos, lo miré y lo apreté con fuerza. Le iba a echar mucho de menos.
Me puse a escuchar música al igual que Zoe. Al rato avisaron de que íbamos a despegar.
Tras 11 largas y agotadoras horas aproximadamente llegamos a Londres. 
Bajamos del avión con ganas de tomar aire libre. Estábamos medio dormidas pero en cuanto bajamos del avión no podíamos creernos que estuviéramos allí, en Londres.
Cogimos nuestras maletas y fuimos fuera para coger un taxi.
Llegamos al hotel y colocamos todas nuestras cosas.
Habíamos salido a las 7 de la mañana (hora de California, EEUU), llegamos a las 6 de la tarde (hora California, EEUU) pero en realidad eran las 10 de la mañana (hora Londres, Inglaterra).
-Tengo hambre, vamos a dar una vuelta y compramos algo - me dijo Zoe. 
Salimos del hotel, aquellas calles eran increíbles, era nuestro sueño hecho realidad. 
El tiempo allí no era muy bueno, pero eso ya lo sabíamos. Fuimos a comprar algo de comer y después fuimos por las tiendas de aquellas maravillosas calles que sentaba tan bien caminar sobre ellas. 
Cada vez que respiraba me sentía diferente, ese aire me sentaba bien, me hace sentirme diferente, especial. 
Eramos dos chicas normales de California sobre Londres.
Aún no podía creerme que estuviera allí, sin nadie que me dijera lo que tenía que hacer ni nadie que me impidiera cumplir mi sueño tal y como yo quería. 
-Eh, nena, ¿qué pasa? estás muy callada - dijo Zoe llamando mi atención.
Respiré profundamente y miré al cielo.
-Increíble, solo puedo decir eso, esto es mejor de lo que pensaba. - contesté con una gran sonrisa.
Zoe me miraba atentamente y sonreía.
-Muy increíble - dijo Zoe mirando a aquel nuboso pero encantador cielo.
Las calles de Londres podían parecer tristes, pero ni los días tristes de Londres podrían hacerme sentirme mal. Nunca había deseado tanto algo, y estar cumpliendolo era algo que no podía asimilar. Acabábamos de llegar y ya quería volver una vez más. Ni si quiera podía pensar en Mark y los días que no iba a verle. Estaba segura que no tendría tiempo de echar de menos a nadie. 
De repente, en medio de mis pensamientos, de mi felicidad, empezó a llover. Zoe y yo corrimos hasta el vestíbulo de un hotel que había en esa calle. Entre casi sin mirar y me choqué con alguien, levanté la cabeza y le vi, era perfecto, tan perfecto como Mark.
-Lo siento - dije mirando a ese extraño chico.
-No pasa nada, estás calada, ¿quieres subir a secarte? Estoy alojado en este hotel - dijo el chico amablemente. 
-Eh, yo vengo con ella, si ella sube, yo también. Y tenemos novio - dijo Zoe.
-Vale, está bien, subir las dos. - dijo el chico - Por cierto, soy Matt.
-Yo soy Holly y ella es Zoe, mi amiga.
Subimos detrás de Matt hasta su habitación. Entramos y fue a por unas toallas para Zoe y para mi.
-Así que tenéis novio las dos. -dijo Matt dándonos las toallas.
-Así es, monada - dijo Zoe cogiendo la toalla.
-¿De dónde sois? ¿Vivís por aquí? - preguntó Matt mientras se sentaba en un sillón.
-Somos de California - contesté.
-¿Y habéis venido solas?
-Sí. 
Pasamos la tarde con Matt y nos conocimos un poco más. Era un chico adorable. 
-Nena, este chico está terrible, si no tuviera a mi Alex, ya me lo había ligado. - me dijo Zoe de camino a nuestro hotel.
Llegamos a nuestro hotel, nos duchamos y nos pusimos los pijamas. Matt nos había invitado a cenar así que nos metimos en la cama.
Zoe estaba con su móvil hablando por mensajes. Me pregunté como estaría Mark. Allí eran las 11 de la noche y en California eran las 7 de la mañana, pero le envié un mensaje: "Mark, me preguntaba que tal estabas, y como no me has llamado ni enviado ningún mensaje estaba algo preocupada, llámame o contesta al mensaje cuando puedas. Por cierto, el viaje ha ido bastante bien y hay gente muy agradable aquí. Un beso."
No sabía si Mark iba a darse cuenta de que estaba algo enfadada, pero esperaba que se diera cuenta. Estaba molesta porque ni si quiera me había llamado para preguntarme que tal el viaje, no sabía nada de él. 

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